sábado, 16 de junio de 2007

La Guerra de las Galias: Vercingétorix derrotado


En esta entrada vamos a tratar sobre la famosa derrota de Vercingétorix en Alesia, tratada varias veces en los álbumes de Astérix, generalmente con humor. La serie de Astérix comienza con la reciente conquista de las Galias por Julio César el año 50 antes de Cristo, un año después del fin de la Guerra de las Galias. Vercingétorix "depone" sus armas a los pies del César.

Fue durante el Concilio del bosque de Carnutes cuando se proclama el levantamiento general de la Galia, en donde Vercingétorix adquiere la confianza y el apoyo de los jefes galos (reyes y aristócratas) y donde se impone rápidamente como la persona con más condiciones para llevar adelante la coalición (debido a su conocimiento de las técnicas de guerra galas y romanas). Sin embargo, al volver a su ciudad natal de Nemossos para reivindicar su título de jefe por derecho filial, se topa con la oligarquía arverna (que su padre había favorecido para instalar un poder personal "a la antigua" en el lugar), y con su tío paternal Gobannitio a la cabeza. Éste probablemente había sido el responsable de la ejecución del padre de Vercingétorix, por lo que al regreso del ahora jefe galo fue expulsado en el acto de la ciudad.

En cuatro años de guerras incesantes, César había conquistado, para Roma, en el oeste, más vastos territorios que los que anexionar en las regiones del este. Pero apenas se retiró César hacia la Galia cisalpina, los belgas se sublevaron (53 a.C.) al año siguiente, la Galia se levantó en masa, acaudillada por Vercingétorix, que deseaba una nación libre y unida.

En enero del año 52 adC, habiendo tomado las armas contra César, intenta imponerse a los Eduenos (pueblo galo de Saona y Loira, aliados a los romanos) e inspira una unión de los pueblos del centro y del este de la Galia contra el procónsul.

En vez de presentar batalla campal a los romanos, cuya superioridad militar en táctica y en armamento los hacía prácticamente invencibles, los extenuó antes del golpe decisivo. Cuando César iba a atacarlo, el rebelde se retiró lentamente, incendiando y arrasando, a su paso, las aldeas y los campos. Así, alejaba cada vez más a sus enemigos de sus bases de operaciones, y dificultaba su abastecimiento. Pero Julio César logró tomar la ciudad de Avaricum (Bourges) que no había sido quemada, para luego marchar sobre Gergovia. Tal y como se describe en los Comentarios sobre la guerra de las Galias de Julio César, Roma había asegurado sus dominios sobre las tribus celtas más allá de la Provincia Narbonensis (en la actual Provenza a través de una estrategia de "divide y vencerás". Vercingétorix hábilmente unificó las tribus, adoptó la política de retirarse hacia fortificaciones naturales y empleó de una forma simple la técnica de la"tierra quemada", quemando ciudades para evitar que los romanos pudieran vivir de los productos locales. Sin embargo el talento y la inteligencia estratégica de Julio César le permitió a los romanos triunfar contra la coalición gala, ya que gracias a los pactos que realizó con algunas tribus galas para atacar a otras, se hizo de la ayuda logística de los pueblos galos boii, remi (Reims), y de los eduenos que desde hace tiempo eran reticentes a someterse al jefe arverno.

La lucha de las legiones republicanas romanas lideradas por Cayo Julio Augusto Cesar contra el pueblo galo fue ímproba y dura, y en ella César sufrió algunos reveses. Entre las victorias de César se cuentan la toma de la ciudad de Avaricum (Bourges) seguida del exterminio de 40.000 de sus habitantes (las mujeres jóvenes y los niños fueron enviados como esclavos a Roma). Así el romano, al cabo de doce meses, cercó a Vercingétorix en el oppidum de Alesia. Los galos reunieron -según las fuentes romanas- un ejército de más de 200.000 hombres, que atacaron a los sitiadores (entre los que se contaban germanos aliados de Roma contra los galos, estos germanos eran jinetes ubios, de la Alemania central montados con caballos de la tribu aliada de los remos, del este de la Galia Comata) estrellándose contra el tremendo sistema de fortificaciones romanas, que en este suceso particular tenía la forma de doble anillo que rodeaba a la ciudad, con un muro interior para contener a la guarnición auverna y un perímetro defensivo exterior para protegerse de los ataques externos. El ejército galo fue derrotado y Alesia debió rendirse por hambruna. Como sus compañeros se negaron a matarle, Vercingétorix vistió su más rica armadura, montó su caballo de batalla, fue hasta el campamento de César, y arrojó a los pies del romano su espada, su casco y su venablo, en señal de rendición. Fue encarcelado en el Tullianum en Roma durante cinco años, antes de ser expuesto públicamente.

1 comentario:

parabolix dijo...

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